viernes, 29 de agosto de 2014

SALIR CORRIENDO



Todos tenemos un vaso de cristal anclado en nuestro corazón. A ese vaso van a parar todas las lágrimas que vierten nuestros ojos y que el corazón acoge y da cobijo, aunque le causen un poquito de dolor… Cuando el vaso se llena, las lágrimas inundan todo el cuerpo y la mente pide a gritos SALIR CORRIENDO

 Hay muchas veces que la vida nos pone a prueba y juega con que percibamos el vaso medio lleno o medio vacío. Es difícil ser conscientes de que, en parte, que las lágrimas rebasen el vaso depende de nosotros mismos. Canalizar las emociones y saber autogestionarlas es una función básica para ayudarnos a sentir mejor.

Cuando sientas miedo, cuando quieras gritar, cuando el miedo te atenace y te obligue a salir corriendo… háblale a tu corazón, no dejes que las lágrimas le nublen la vista y le impidan ver que no hay nadie como TU.


 

viernes, 8 de agosto de 2014

DESDE LA OTRA ORILLA



Desde la otra orilla se ven con más perspectiva las verdades, tanto las que duelen como las que ya son parte de mí. 


Desde la otra orilla apenas te vislumbro ya, porque de tanto alejarte has puesto un par de nubarrones que me ciegan los ojos. Así somos,  así soy… dos ciegos nublados por un sol de Agosto que quema las heridas hasta hacerlas sangrar. Y de tanta sangre se vuelven rojas las pasiones y los sentimientos. Y te hacen ver que el mundo no se acaba pero que hay un océano por cruzar… y nadando NO TE ALCANZO.


Desde la otra orilla no puedes salvarme… y quizás hoy lo necesite. Agosto me quema, me tienta y me seduce. Este mes me conduce al barco pirata anclado en ese océano que nos separa. Y es que en tu orilla no hay sitio para dos pero este barco es grande y me dan la mano para subir. Aunque ese tacto me de escalofríos y me haga sentir inestable… zozobrando en medio de un mar que no se si es apto para sumergirse.


Pero como te dije, a día de hoy estoy  ciega, preparada para sucumbir aún a riesgo de acabar como un náufrago sin rumbo y sin orillas a las que sujetarse.  Y se que si ese momento llega seguiré esperando tu mano que me suba a tu isla. Sólo ese contacto con tu piel logrará llenarme de Agosto, abandonando la vida pirata que nunca fue la mía.


Y, aquí desde la otra orilla, sigo esperando (te) a que me “desnubles” los ojos, me endulces la sal y me contagies tu tacto. 





Atentamente: Aspirante a polizón de tu isla.