“PALABRAS que explotan en mil
pedazos cuando se callan”. Esas mismas
PALABRAS que “suben por tu garganta, entrecortadas, que matan”. Las palabras son un arma de doble filo: te
pueden revivir rápidamente, o te pueden matar lentamente. A veces las arrojamos
al vacio sin darnos cuenta que siempre las recoge alguien, una palabra mal
dicha puede convertirse en un proyectil directo al corazón (aquel que luego no
sabemos como curar). El mejor antídoto suele ser otra de ellas: comprensiva,
solícita, atenta.
“Somos esclavos de nuestras
palabras y dueños de nuestros silencios”
PALABRAS que en momentos
difíciles te hacen temblar. PALABRAS que no logran acabar con el silencio que
nos alcanza. PALABRAS que regalamos y nos regalan. PALABRAS que arrojan luz en
la oscuridad. PALABRAS que acarician el oído, calman la mente y abrigan los
corazones.
PALABRAS para TI, que me estás
leyendo. Hoy quiero que todas te reconforten.