El peligro de las personas que supieron ser volcán reside en
que también saben ser iceberg
Un día te hacen arder, sin más estufa que el calor de sus
manos
Y otro día sus dedos, ahora témpanos de hielo, te petrifican
de fío.
El peligro de estas personas es que van por la vida sin
orden ni predisposición
Acelerando o retrocediendo con desconcierto, volcando su
caos en ti, desequilibrando lo que te llevó tanto tiempo equilibrar.
Estas personas se creen con derecho a todo y te inundan con
su presencia o su soledad, te pincelan de brillo la mirada o te pintan la
realidad distorsionadamente.
Estas personas se podían comprar un volcán en Islandia e
irse a vivir a él. Así, cuando se aburran, que se traguen su lava y entren en erupción.
Sólo paladeando su propio fuego, quizás resurjan de sus cenizas.
Porque ahora eres sólo eso… ceniza