domingo, 29 de abril de 2018

ESCRIBIENDO PRIMAVERAS


Coge las margaritas que te dejé en la silla y huélelas por un momento
ponte una en la oreja y siente su aleteo
coge las amapolas que hay sobre la cama y calma tu lamento
enlázalas en tus manos y roza su cosquilleo

Después vuelve tus ojos hacia mí
aunque no me veas siénteme
percíbeme
distínguime entre las demás.

Sigo siendo aquella, con olor a frambuesa
que cada primavera deja flores en tu puerta
esperando que las recojas
anhelando su recompensa…

Coge la esponja y lava tus heridas
tan tuyas como mías
tan profundas como hirientes
tan ajenas como nuestras

Posa tus ojos verdes sobre mí,
inspira el olor a frambuesa
y recoge tus flores…
Esas que anuncian que por fin es PRIMAVERA


lunes, 2 de abril de 2018

DESPACITO EN MI OÍDO


AMOR, AMOR… o lo que es lo mismo:
“SIN MUERTE”
porque dicen por ahí que el que ama
está condenado a vivir eternamente

Sin más porvenir que el refugio de una vida por delante
sin mayor placer que el sabernos seres terrenales
en una tierra sin nombre
nombrada a golpe de susurro.

¿Por qué no es verdad que el hacerse mayor
implica gritar menos y susurrar más?
así, despacito en el oído
contando lo que viviste ayer.

Así, despacito en el oído
desgranando lo que te trajo el crepúsculo de la tarde.

Así, despacito en el oído,
deshojando pétalos
como si sembraras primaveras en mi oreja.

A fuego lento, viviendo despacio
paladeando eso que llaman vida
y que nos abraza en cada revés.


Dicen por ahí que vivirás siempre en mí
que tu nombre es poesía
y sigues volcando versos en cada primavera:
así, despacito en mi oído
llenándolo de flores que jamás se marchitan.