La esperanza es aquel puente frágil al que nos sostenemos
cuando nos tiemblan las piernas.
Cuando no consigo mantenerme en pie y me das palabras de
consuelo.
Lo que acaso no sabes es que quizás tu consuelo es mi
desasosiego.
Y que en este baile de palabras
lanzamos conceptos al aire y dejamos que cambien su
significado
según de donde
provenga el viento.
¿Acaso tu esperanza reside en la punta de mis dedos?
En este baile de
palabras confusas que bailan en la palma de mi mano
después del primer vals, consigo que mis dedos también
bailen sobre tu piel…
¿Se llama a eso también esperanza?
Aún así… A mí… me siguen temblando las piernas…