La
libertad más real es la que baila en tus ojos
cuando
sabes que no le perteneces a nadie.
Cuando
te crees libre
y no
sientes que haya un nudo que te oprime el pecho.
Cuando
desanudas las ganas de vivir y tu ansia de libertad.
La libertad
más real baila entre tus manos
y te
ayuda a modelar.
Construye
un presente espléndido
para que
bailes en él.
La
libertad más real baila entre tus piernas
y te
hace saltar más alto
como si
no hubiera límites
como si
pudieras tocar el firmamento.
La
libertad más real te extiende una pista de baile
para que
des los primeros pasos.
Por eso
yo te digo:
baila
sin que nada te oprima,
canta
porque tienes voz
y haz de
tu pista un baile
y de tu
baile una vida.
La
libertad más real baila en tus ojos.
Eres,
sin lugar a dudas,
la reina de la pista: soberana de tu vida.