lunes, 30 de marzo de 2020

HOY QUE EL MUNDO LLORA...


Hoy, la vida, es como una de esas bolas de cristal
donde una ciudad duerme estática en su interior.
Cae la nieve y no siente frio,
la ilumina el sol pero su brillo no la altera.

Nuestras ciudades se han vuelto imperturbables,
ajenas entre sí
y, también, a nosotros mismos.

Nunca, nadie nos dijo, que nos robarían la primavera
aunque juro que yo me quedé esperándola…
Nunca, nadie nos dijo, que nos despojarían de los abrazos
y del tacto de otras pieles…
Que los besos no dados quedarían en interrogante.
Nunca nadie nos dijo que perderíamos aquel vuelo
y que el avión se iría para siempre.

Pero yo siempre querré ir allí…
Donde brota la primavera,
donde se abraza intenso,
donde se dan cálidos besos,
esos, que llevan a vuelos que viajan entre las nubes.

Hoy, el mundo gime
y no encuentra consuelo en los brazos de nadie.


Sólo al atardecer,
cuando el día cae,
el mundo se reconcilia con sus habitantes.
Y es que, nadie nos impide el aplauso,
la esperanza,
el júbilo de que mañana volveremos a abrazarnos…
Y entonces, nunca más seremos ajenos
Ya que nos habremos reencontrando
Porque, como dijo Neruda:
“En un beso sabrás todo lo que he callado”

En un beso,
O en muchos…
Sabréis
Todo lo que os he añorado.


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