Bajo la piel reside un conglomerado de células, músculos, huesos…
que forman un pequeño milagro llamado cuerpo humano.
La piel lo recubre todo, lo aísla de cualquier peligro y lo protege.
Nuestra piel lucha día a día, con cientos de bacterias que amenazan con dañar nuestro interior
con lo que realmente somos
con nuestra alma,
con un corazón que late por y para nosotros.
Somos una especie de milagro andante
con cientos de centinelas que hacen que nos levantemos cada mañana
un sinfín de órganos tan vitales, como la vida misma.
Sobre la piel está lo que percibimos del mundo exterior
cuando nos inunda el sol,
cuando nos baña el mar,
cuando nos mece el viento.
A través de la piel establecemos contacto directo con otros seres humanos
cuando nos tocamos,
cuando nos acariciamos,
cuando nos abrazamos.
Ante un engranaje tan perfecto como es el ser humano
éste debe actuar en consecuencia y cuidar de sí mismo y de los que tiene cerca
porque para seguir siendo milagro, éste debe brotar de uno mismo y extrapolarlo al resto.
Acaricia otras pieles y sentirás el latir del milagro
el latir de otros corazones
motores de vida.
Muy bonito
ResponderEliminar