martes, 4 de noviembre de 2014

Ilumíname, Noviembre



Es lo que tiene Noviembre… tan pronto te ilumina la mirada con su sol como te lanza niebla en el rostro con sus nubes. Al fin y al cabo, los meses son como las personas, unos días te regalan el sol para que despiertes; otros se olvidan de apretar el interruptor y el sol no calienta, quedando el astro rey reducido a niebla.

Lo peligroso del asunto es que vivimos a la intemperie del tiempo, sometidos a sus vaivenes y a sus idas y venidas. Esperamos con tanta ansia que alguien brille para nosotros que nos olvidamos brillar por nosotros mismos. Nos recubrimos de niebla y enturbiamos la mirada. La luz se apaga y el interruptor que está asido a nuestro corazón resulta inaccesible a manos ajenas.

Lo peligroso de un corazón que no sabe esperar es proporcional a unas manos ajenas que iluminan soles según amanezca el día. Y  hay días que amanecen más tarde porque hay interruptores que no se encuentran o no quieren ser encontrados. 

Y como tenemos frio y las manos ajenas no resultan tomamos las propias y recubrimos el alma y el cuerpo. Y es ahí, en el calor de lo íntimo, cuando se va la bruma y se enfría nuestra mente. En esa lucidez descubrimos que aunque haya soles que ya no brillen todos los días nace uno nuevo

Hay SOLES dispuestos a iluminar las sombras que dejaron algunas nieblas, las decepciones que  olvidaron algunas ilusiones, las lágrimas que se vertieron como pequeños rayos astrales.

Ni la distancia más enorme puede acabar con la enormidad de un sentimiento, ni el sentimiento más profundo debe manipular nuestro brillo interior. No somos interruptores. Es lo que tiene Noviembre… pese a sus locuras podemos demostrar nuestra cordura.

A ti, Lorenzo.



viernes, 17 de octubre de 2014

BEATRIZ Y LOS CUERPOS CELESTES



6-Octubre-2014

Desde aquí abajo aún puedo vislumbrarte. Tan brillante como siempre, tan especial como nunca, tan lejano como ahora.

Quisiera estar un poquito más arriba, rozar las nubes con mis manos y sumergirme en ese charquito de estrellas que llaman firmamento. Y entre cuerpos celestes mi mundo se parte en dos: el terrenal y el celestial. Y cuando más dividida y confusa me hallo es cuando más consciente me siento.  Consciente de que algunos firmamentos iluminan más que algunas luces de neón, consciente de que muchos astros dan más calor que muchos contactos humanos, inconsciente por querer sentir lo que se escapa al raciocinio humano (porque ha quedado escrito en las estrellas). 

Los cuerpos celestes vigilan mi camino, expandiendo su brillo, marcando mi destino. Y desde otras galaxias voy surcando el infinito… sonriendo a los astros en mis idas y venidas, mis aciertos y caídas, mis nostalgias consentidas.

Entre mi nostalgia y tu rutilancia se ha forjado un camino que ningún meteorito puede borrar. Y es allí, en aquella estrella lejana, donde más segura me siento. Ni una lluvia de estrellas me cegaría tanto como lo haces TU. Ya sabes… tan brillante como siempre, tan especial como nunca, tan cercano como la eternidad. 

Y aunque siga naufragando entre cuerpos celestes, se que ahora TU me salvas de este planeta que llaman Tierra y de sus habitantes que se hacen llamar humanos.
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Aquí, desde mi planeta, miro al cielo y te retengo en mi retina. Así será por siempre, porque tu estrella y la mía hace tiempo que van de la mano: BRILLANTES, ESPECIALES, ETERNAS.



martes, 23 de septiembre de 2014

PALABRAS




PALABRAS que explotan en mil pedazos cuando se callan”.  Esas mismas PALABRAS que “suben por tu garganta, entrecortadas, que matan”.  Las palabras son un arma de doble filo: te pueden revivir rápidamente, o te pueden matar lentamente. A veces las arrojamos al vacio sin darnos cuenta que siempre las recoge alguien, una palabra mal dicha puede convertirse en un proyectil directo al corazón (aquel que luego no sabemos como curar). El mejor antídoto suele ser otra de ellas: comprensiva, solícita, atenta.

“Somos esclavos de nuestras palabras y dueños de nuestros silencios”
PALABRAS que en momentos difíciles te hacen temblar. PALABRAS que no logran acabar con el silencio que nos alcanza. PALABRAS que regalamos y nos regalan. PALABRAS que arrojan luz en la oscuridad. PALABRAS que acarician el oído, calman la mente y abrigan los corazones.

PALABRAS para TI, que me estás leyendo. Hoy quiero que todas te reconforten.



sábado, 13 de septiembre de 2014

SERPENTEAME, SEPTIEMBRE




Siempre creí en Septiembre. Ese mes que pone punto y final a pasiones de verano y abre la puerta a sensaciones de otoño. Septiembre  lleva la “S” de: “Sobre todo Siempre Sonríe”. Este mes sabe que en los nuevos comienzos están escritos nuestros futuros éxitos. Septiembre es SI y no le voy a negar lo que lleva escrito en sus siglas.  

              



Ya que anuncias sensaciones con un SI rotundo… ¿Qué te parece si me serpenteas, Septiembre?

-Zigzaguea sobre mi pelo.
 
- Serpentea mi piel.

-Ondula mis sentidos.

-Repta por mi cuello.

-Gatea por mi corazón.

Y si alguna vez me canso de tus serpenteos es porque habré dejado de vivir y me limitaré subsistir. No dejes que eso ocurra… desliza tus días y tus noches sobre mi intemperie como si fueras el último mes de mi vida. Sólo así seguiré sintiendo el calor necesario para continuar… para encender velas con deseos impronunciables y beber licores que siguen sabiendo a ti. A ti, que no te puedo nombrar aún, te dedico mi Septiembre: con sus zigzagueos que se dejaron algunos huecos por pulir. Y de esa falta de brillo nacen algunos lodos, de esos lodos se encienden nuevas velas, esas velas iluminan pieles serpenteando. 

Mientras tú arrastras hacia mí tus culebreos y mudas algunas pieles, yo retuerzo mi alma, enderezo mi sonrisa y miro al frente… con mis ilusiones y los días por venir. Mientras llegas, sonrío al mundo. 

Caracoléame, Septiembre. Siempre tuviste permiso.



               


viernes, 5 de septiembre de 2014

GRITAR




¿Por qué no pruebas a ponerle nombre al miedo? Si me lo permites te aconsejo que sigas la recomendación de Luis Fonsi: GRITA. Hazlo cuando notes que se te agota el aire, cuando las espinas te pinchen la garganta y un nudo te aprisione hasta casi ahogarte. Inspira todo ese dolor y exhálalo en un suspiro, en una exclamación, en un GRITO. Hoy más que nunca son urgentes las cosas que siempre has callado, es necesario que las lances al aire… el oxígeno del ambiente sabrá purificar tus miedos y aliviarlos en tu interior. Oxigénate, serénate, verbaliza tus temores. Hazle saber al mundo que estás más vivo que nunca y que, a pesar de las dificultades, sigues siendo TU.

Grita, si quieres ser escuchado.
Grita, si quieres demostrar que sigues al frente de tu vida.
Grita, si quieres sentirte como nunca lo has hecho