miércoles, 22 de junio de 2016

ESTAMOS HECHOS DE PRIMAVERAS ETERNAS...



Creo que estamos hechos de primaveras eternas. De esas que llegan todos los años y se quedan a vivir en nosotros o se llevan su fragancia para siempre. Eternidades que se vuelven pasajeras o pasajes de la vida que se hacen inmortales en tu interior.

Estamos hechos de suspiros, de anhelos e ilusiones. De ganas y desganas, paciencia e impaciencia. Nervios, previos a más nervios. 

Estamos hechos de amaneceres y atardeceres, a plena luz del día y contando las lunas que nos quedan por vivir. Y tanto llegas a contar que un buen día descubres que no te quedan números. Que al as que guardabas bajo la manga le han derribado tus ansias de sentir. Y pierdes, una vez más la partida, pero sigues apostando por sacar a flote a la reina de corazones que es quien da pálpito a esas ansias desmedidas.

Estamos hechos de promesas en un horizonte incierto. Tan inseguro como el que puedes contemplar a bordo de un avión, cuando las nubes te impiden llegar al fondo del paisaje. Y, entonces, descubres que detrás de esas nubes está tu verdadero destino y que las certezas vienen marcadas por nuestras decisiones ante el rumbo que tomamos.  

Estamos hechos de primaveras que anuncian veranos. Y éste apuesta por dar calor a lo que no tenía color porque la primavera había desteñido. Y, nunca es tarde para vivir el verano de tu vida. Nunca es tarde para pedirle eternidad al tiempo ni magia a los momentos.


Estamos hechos de “nunca es tarde para nada”…




martes, 3 de mayo de 2016

CRUZANDO SUEÑOS



Mientras cogía el libro de la estantería no podía apartar los ojos de ella… ¿O era de su libro?...
En cuestión de segundos la biblioteca se le había quedado pequeña. Los “Cien años de soledad” que tenía entre las manos eran el anticipo de cien mil emociones positivas venideras. Gabriel García Márquez le quemaba la  palma de la mano.

-“¿Un café?

Deslizó la nota al otro lado de la estantería, al tiempo que observaba su rubor para después verla asentir. Y entonces supo que nunca más estaría solo. Ni cien años ni un segundo.

El libro escogido por ella, aquella tarde, también constituía el indicio de algo importante. “No digas que fue un sueño” se repetirían el uno al otro a lo largo de la vida.


martes, 5 de abril de 2016

CIEGO ABRIL



Y por fin te diste cuenta de que no le cabía Abril en la mirada porque estaba ciega de amor.

Ni siquiera le cabía en la sonrisa porque se curvaba cada vez que Abril despuntaba al alba y TU eras su amanecer, su punto de luz, sus ganas por crecer.

Abril era demasiado grande para sus manos. Se le desbordaba el mes, inundando la yema de los dedos. Como un efluvio de emociones que luchan por salir a flote. Como un potro desbocado que no logra mantenerse al trote.

Abril fue el mejor mes que pasó por tu vida porque ella estaba dentro y no dejaba que nadie te lo marchitara… y es que, tampoco le cabía en el pecho porque de tanto palpitar se le había cuajado de flores.

Y así fue transcurriendo el mes. A miradas acompasadas, a emociones desmedidas, a sonrisas acaloradas, a besos sin medida.

Y así iba creciendo Abril, haciendo contar los días.



martes, 15 de marzo de 2016

LO SABEN MIS ZAPATOS



Hoy he dicho a mis zapatos que no tengo fuerzas para correr. También  he dicho a los ingratos que no les voy a pedir nada. Prefiero que sea la vida y sus gentes quienes me sorprendan. Que me llegue cada cosa en su momento preciso y cuando me encuentre débil y crea morir que, al menos, una persona en este mundo me quiera “matar” de amor. “Quiero  que me abras, quiero tus palabras y quiero que lo quieras hoy".

Para mi esta canción reivindica el derecho que todos tenemos a tener días malos, regulares y peores. Días de esos en los que te duele tanto el cuerpo o el alma que sólo quieres que alguien te inunde de amor. Días en los que no quieres pelear porque, quizás, necesites coger fuerzas…

Al fin y al cabo venimos a esta vida para ser queridos y querer….

Hasta mis zapatos saben que esta canción me mata de amor, Pablo López. Gracias.


martes, 8 de marzo de 2016

LUNA CRECIENTE



LO QUE HIZO TOMAR LA DECISION DE NO VOLVER… desde la otra orilla veía las cosas con más perspectiva, aunque la orilla de enfrente siempre tendía a resquebrajarle el alma un poquito más cada vez. Arañazo a arañazo, iba absorbiéndole la vida. Jugándose el alma en cada embestida. Enjugándose cada herida en cada otoño de hojas secas. Esas mismas sobre las que caía cuando no le quedaban uñas para asirse a la vida.

La iluminaria, alumbraba hoy  su partida. Su liberación. Su paz infinita. Y ella, como una niña que sigue creyendo que todo es posible, iba más allá… apuntando su mirada hacia la luna, la cual la acogía en su regazo y la mecía en cuarto creciente.  Y es que, en verdad estaba creciendo a cada paso que daba. Desde el día en el que decidió cruzar ese puente plantándole cara al más letal invierno.

Ahí estaba su recompensa. Esa noche, con más luz que ninguna, refugiada en la luna… observaba como se acercaba la primavera. Ya nada le arañaba la piel. Desde su cénit, sentía como las flores la acariciaban.