Despedí Marzo diciendo “adioses” que suenan a lo que pudo ser y no fue, a lo que dejamos en el tintero y se diluyó porque la tinta no era buena o porque teníamos otra que calaba más profundo. Y en las profundidades del corazón si no eres buen marinero te arrastra la marea. Quizás los últimos días de Marzo me haya sentido como un náufrago, quizás no hice nada por subir al bote salvavidas, quizás prefiero conservar las vidas que me quedan cuidando (me) todo lo que soy.
Puede que Abril esconda tesoros entre sus legañas, puede que no quiera anochecer porque él si puede arañar luz al sol. Puede que arroje luminosidad a mis sombras, cuando ya no me quedan uñas. Puede que mi lluvia sea la misma que la tuya y que acabe por empaparnos a los dos.
Pero HOY no me dejo arrastrar por lo incierto y disfruto de lo que quiero y puedo. Dejo mis dudas en tu tintero, cojo otra pluma y comienzo a escribir este mes. Abril, el perezoso, emerge entre las sábanas y quiere comerse el mundo.
Pero HOY no me dejo arrastrar por lo incierto y disfruto de lo que quiero y puedo. Dejo mis dudas en tu tintero, cojo otra pluma y comienzo a escribir este mes. Abril, el perezoso, emerge entre las sábanas y quiere comerse el mundo.
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